En marzo de 2016, dos niños pequeños llegaron a la clínica comunitaria de El Socorro, Matagalpa, con graves problemas en la piel. Cuando Isaac Fley, el promotor de salud capacitado por AMOS en esa comunidad, vio las llagas, reconoció que podían ser un síntoma de una enfermedad llamada Leishmaniasis.
La Leishmaniasis, según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), es una enfermedad parasitaria que se transmite por la picadura de los flebótomos. Hay diferentes formas de leishmaniasis, pero las más comunes causan llagas en la piel y pueden afectar a órganos internos como el bazo, el hígado o la médula ósea.
Isaac remitió a los niños al centro de salud más cercano para que les hicieran las pruebas. Como dieron positivo a la enfermedad, Isaac se coordinó con las autoridades sanitarias para que ellos recibieran el tratamiento, que consiste en 20 inyecciones administradas por 20 días consecutivos y que por ser un tratamiento especializado, no forma parte del kit de medicamentos esenciales que AMOS proporciona a las comunidades que servimos.
Isaac y el comité de salud de El Socorro, sabían que esta enfermedad podía infectar a otros en su comunidad rápidamente; por lo que se organizaron para hacer visitas a las casas de toda la comunidad, asegurándose de que nadie se quedara atrás. Para que este proceso fuera efectivo, se coordinaron con líderes religiosos de diferentes iglesias, profesores, el personal de la escuela e incluso con los propietarios de pulperías.
Durante las visitas domiciliarias, los miembros del comité de salud asesoraron a las familias principalmente sobre la prevención de la enfermedad. Les explicaron cómo se transmite y por qué es importante mejorar la higiene en el hogar, limpiar los patios, fumigar y cortar las malas hierbas para eliminar los posibles lugares de cría de los parásitos. También, informaron a las familias sobre los síntomas, las señales de alerta que debían tener en cuenta y sobre dónde podían hacerse las pruebas para detectar si tenían esa enfermedad.
A mediados de junio de ese año, se habían confirmado 39 casos de leishmaniasis en El Socorro y afortunadamente, todos recibieron tratamiento inmediato. Isaac y los miembros del comité de salud se coordinaron con las autoridades de salud local para organizar los días en que su personal visitaría la comunidad para analizar los casos sospechosos y facilitar el tratamiento a las personas que habían dado positivo.
Los miembros del comité de salud también ayudaron a informar a la gente sobre los peligros de no tratar la enfermedad; como arriesgarse a tener úlceras cutáneas que pueden afectar la nariz, boca e incluso los huesos.
“Juntos nos movilizamos para reforzar la vigilancia de la comunidad y coordinarnos con las autoridades de salud local. Todos en la comunidad se comprometieron y apoyaron los esfuerzos para erradicar el vector de la enfermedad”, dijo Isaac.
Unos meses después, los 39 pacientes habían sanado por completo.
Tu generosidad va más allá del trabajo de atención en salud: permite el empoderamiento de la comunidad. Gracias a nuestros donantes , AMOS puede apoyar y acompañar a líderes locales como Isaac y los miembros del comité de salud de El Socorro, para ayudarles a cuidar de sus vecinos más vulnerables en momentos de inmensa necesidad.
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