Hoy compartimos con ustedes la historia de esperanza de José: la historia de un hombre que convirtió su duelo en una motivación para ayudar a su comunidad a vivir de forma más saludable y tener esperanza.
Un domingo de agosto de 2019, José estaba en la casa base de la comunidad El Bambú y había unos 20 pacientes esperando. Debido a la temporada de lluvias, se registraban muchos más casos de neumonía, fiebre y diarrea. A pesar de eso, José se sentía alegre de poder servir a la gente de su comunidad.
Gerald, un niño de un año, era uno de los pacientes que José atendió ese día. Geraldine, la mamá de Gerald, estaba preocupada porque su hijo llevaba tres días enfermo. El pequeño empezó con un resfriado, luego tosía y tenía fiebre. Cuando Geraldine vio que su abdomen hacía un visible esfuerzo por respirar, recordó los signos de peligro que José les había enseñado en las charlas de salud de la comunidad; por lo que sabía que su hijo necesitaba ayuda inmediata.
Aunque Geraldine estaba embarazada, ella llevó a su hijo hasta la casa base, donde sabía que José podría ayudarle.
Cuando José examinó a Gerald, éste respiraba rápidamente y con dificultad, tenía fiebre (100.4 Fahrenheit) y empeoraba a cada minuto. Siguiendo las indicaciones aprendidas gracias a las capacitaciones que José ha recibido con el personal de Fundación AMOS, le proporcionó una dosis inicial de antibióticos y acetaminofén a Gerald; así como suero oral y refirió al niño al centro de salud más cercano, a dos horas de distancia en bus.
Sin embargo, ir al centro de salud no era una opción para Geraldine. Su marido cultiva la tierra y cuida unas cuantas vacas, pero ella no podía permitirse el viaje de ida y vuelta que costaba C$400 córdobas. Ella también recordó que otras madres le habían comentado que el personal médico a veces no está disponible los domingos; así que Geraldine tomó las medicinas que José le proporcionó gratuitamente, escuchó su consejería y se llevó a su bebé a casa.
José se mantuvo en contacto para monitorear la evolución del bebé, y se alegró de que Gerald ya no estuviera enfermo algunos días después. A causa de la enfermedad, Gerald perdió algo de peso, pero un mes después ya se había recuperado. “Gracias a Dios y a AMOS, tuvimos los conocimientos y las medicinas para ayudarle”, dijo José.
“Casos como éste me recuerdan a mi sobrina, que murió de neumonía hace muchos años, antes que yo fuera Promotor de Salud y tuviéramos medicamentos en la comunidad, antes de que AMOS empezara a trabajar con nosotros. Ella murió en mis brazos y no pudimos hacer nada para ayudarla. No sabíamos cómo hacerlo. Desde entonces, decidí que no podíamos permitir que eso volviera a ocurrir. Ningún otro niño iba a morir de una enfermedad prevenible o tratable en nuestra comunidad”.
José Gómez, Promotor de salud de El Bambú
Esa tragedia inspiró a José a convertirse en promotor de salud, y a su hermano (el padre de la niña) a ser un miembro activo del comité de salud hasta el día de hoy.
Gracias a los donantes de AMOS, la comunidad de El Bambú tiene acceso a atención en salud básica, pero que salva vidas. Gracias a ti, Geraldine puede ver a su hijo crecer sano. Gracias a ti, Gerald está vivo.
Responses