Desde hace casi 7 años, la beca Semillas de Esperanza ha ayudado a líderes comunitarios de la salud a perseguir sus sueños de educación superior para servir mejor a sus comunidades y mejorar sus vidas.
Una de estas líderes comunitarias es Leyla Castellón, de la comunidad rural de Fila Grande, en Matagalpa.
Durante años, Leyla ha sido una voluntaria activa de salud comunitaria, ha apoyado como miembro de Red de Salud Comunitaria, ha ayudado durante las campañas de desparasitación y vacunación de las autoridades locales de salud, y ha brindado su servicio como promotora de nuestro programa de Agua, Higiene y Saneamiento, educando a las familias sobre el uso y mantenimiento de filtros de agua para prevenir enfermedades y promover una mejor salud.
“Crecí en una comunidad donde no hay médicos ni enfermeras y siempre soñé con ser enfermera”, dice Leyla. “Hay tantos niños y personas que necesitan atención de salud. En casos de emergencia se puede tardar hasta 4 horas en llegar a un centro de salud; así que quiero ayudar a mi comunidad”.
Leyla está cursando su cuarto año de enfermería. Tiene que tomar dos autobuses para llegar a la ciudad; tomando el primero de ellos a las 4:30 de la mañana, aunque para Leyla esto no representa ningún sacrificio, ya que le apasiona su carrera y eso la motiva a no rendirse.
“Cuando empecé la carrera de enfermería éramos 50 alumnos, ahora somos 13, pocos hemos perseverado. Para mí, la enfermería es un arte, el arte de cuidar a los demás. Eso es lo que más me gusta de mi carrera, cuidar de niños y pacientes necesitados. Es tan gratificante ver a un paciente recuperarse, no hay nada mejor que eso. Me encanta interactuar con los pacientes, examinarlos y ayudarlos.
Hasta ahora, anatomía ha sido la asignatura más difícil para mí, porque hay mucho que aprender sobre el cuerpo humano, pero también es muy importante. Sin embargo, mi mayor reto ha sido la tecnología. En mi instituto no teníamos laboratorio de informática, así que no aprendí a usar computadoras. Eso fue una desventaja para hacer mis tareas, pero estoy aprendiendo y he superado estos obstáculos”.
“Esta beca es una verdadera bendición. Estoy agradecida por esta oportunidad de perseguir mis sueños. Ruego a Dios que les guarde y bendiga (a los donantes), y que tengan abundante amor y prosperidad en sus vidas.”
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